Tras una semana desde que se reabrió el turismo interno en la provincia, varias tucumanos visitaron Tafí del Valle, el centro turístico más concurrido. Entre las familias había muchas que habían esperado ansiosas tomarse aunque sea unos días para relajarse en la villa tafinista. Además, la nevisca de las primeras horas de ayer, que tiñó de blanco algunas zonas del valle (aunque no la villa), invitó a que los turistas gozaran de una vista maravillosa.
Una de las familias que aprovecharon la reapertura del turismo fue la de Juan Escobar, su esposa, Adriana Navarro, y sus tres hijos, que llegaron a Tafí el miércoles, desde Alderetes, para descansar unos días, después de una cuarentena en la que nunca dejaron de trabajar. Cuando llegaron no esperaban encontrar nieve, una cuenta pendiente que tenían desde hace años, pues ninguno había estado en un lugar donde hubiera nevado.
“No estaba en los planes la nieve, vinimos a descansar y nos encontramos con que iba a nevar. Sentimos una alegría inmensa, es la primera vez que vemos nieve. Es hermoso, una de las cosas más lindas de la naturaleza. Esperábamos con ansias este día. Siempre nos preguntábamos si se nos daría, y después de tanto tiempo, pasó”, dijo emocionado Juan a LA GACETA, mientras Adriana jugaba con su hijo más pequeño.
Respecto de las medidas para evitar que el coronavirus llegue a los valles, la pareja estaba tranquila. Desde el primer control -advirtieron- los protocolos que dispuso el Gobierno se cumplen. Algo que se veía reflejado en las calles cargadas de personas que paseaban con barbijos bien colocados y bares que rociaban con alcohol en las manos a los clientes y disponían de una botella de alcohol en gel en las mesas; en algunos casos, incluso, separaron las mesas con láminas de acrílico.
Turismo canino
Otros visitantes que llegaron a la villa turística fueron Dante Castellano y Fernanda Morán, una pareja acostumbrada a viajar que descansó en los valles por segundo fin de semana consecutivo.
Dante y Fernanda van a todos lados con sus perras Parys y Zoila, dos caniches que vestían abrigados chalecos. “Nos gusta viajar y ellas van a todos lados con nosotros (por Parys y Zoila), nos acompañan en viajes por todo el país. La mayoría de las cabañas reciben mascotas así que nos viene bien, porque es algo que no pasa en otros sitios turísticos”, señaló Dante, que hablaba con LA GACETA mientras sostenía a los canes en los brazos.
En cuanto a los costos, la pareja estaba muy satisfecha. “Estamos viniendo acá porque los precios son muy buenos. Calculo que esto se debe a la reapertura. Comés un asado más barato acá que en San Miguel”, comparó.
Su carácter de viajeros los hizo apurarse en conseguir el permiso que les permita recorrer los distintos puntos de la provincia. “A la cuarentena la cumplimos casi como ermitaños. Cuando habilitaron los permisos a las 13, nosotros ya teníamos el nuestro a las 13.10”, recordó Fernanda.
Ansias por la reapertura
Alina Uriburu es otra tucumana que aprovechó la vuelta del turismo interno y llevó a sus hijos y sobrinos a pasar una mañana de “culipatín” en una loma bañada por el garrotillo que quedó de la noche anterior. “Ellos (por sus hijos) vienen siempre a la casa de su abuela y pasan semanas enteras con sus primos. Esperaban desesperados por subir de nuevo”, dijo.
Desde el punto de vista económico, los comerciantes se mostraron con expectativas por la reapertura, aunque no ocultaron su preocupación por la situación.
María Cecilia Altamiranda, empleada de un local de artesanías, explicó que era muy triste ver casi vacía una ciudad que suele ser tan poblada por turistas durante todo el año. “No había nadie en la calle, algunos medios dijeron que parecía una ciudad fantasma y era algo así”, sostuvo.
“Fueron meses muy difíciles, aunque sólo cobramos un 50% del sueldo, el dueño del local se encargó de que nunca dejemos de cobrar”, indicó Altamiranda.
Pese a que ya se veían turistas en las calles, desde el sector aún esperan mayor concurrencia para levantar la mala situación económica que se vive.
Paulina Díaz, una de las recepcionistas de un conocido hotel de Tafí, dijo que este fin de semana se vio mucho más movimiento en comparación con el anterior, algo que da esperanza. “Fueron meses bastante difíciles, más por la incertidumbre de no saber cuándo volveríamos a trabajar. Esperamos que los tucumanos vengan, los vamos a recibir con los brazos abiertos y preparados para que no corran ningún riesgo”, afirmó Altamiranda. (Producción periodística: Homero Terán Nougués).